
Embarca en nuestros cruceros y disfrutarás de majestuosas cenas con el Capitán, adornadas con menús de cinco estrellas. Navega hasta el sol de medianoche. Visita la sala de musculación y nunca te olvides hacerte con una de lista de pasajeros, nunca se sabe.
Saturnino Martín-Crespo, el crucerista.
En 1928, Saturnino tenía 54 años y, hasta donde sabemos, había viajado poco. Su tardía vocación viajera suena muy liberadora.
Que hay mucho de disfrute también lo confirma el tipo de turista en el que se convirtió: crucerista, el sueño de cualquiera.
Saturnino se interesó por los cruceros el mismo 1928. Ese año cogió un folleto de un viaje a Escandinavia y Rusia para ese verano que no llegó a hacer pero que nos confirma que la pasión por viajar había comenzado y la de guardar papeles también.
Los cruceros de entreguerras son uno de los conjuntos documentales más valiosos de la colección Martín-Crespo. No sólo por su antigüedad, también por la calidad y el diseño de los mismos además de representar algo muy exclusivo y elitista, sobre todo, para un español de clase media.
A través de la documentación podemos rastrear los que realmente hizo pero también algunas de las excursiones ya en tierra y datos interesantes como dónde se ubicaban las agencias y oficinas turísticas en Madrid donde se aprovisionaba: la Navegazione Generale Italiana en la calle Alcalá 45 o la Lloyd Norte Alemán en la Carrera de San Jerónimo.
Nunca viajó en un crucero español (no tuvieron la fama de los otros y eran comparativamente más caros) los hacía siempre en verano y entre sus destinos estuvieron dos clásicos: el Mediterráneo y América.
¿Quieres saber más sobre la colección o quieres que te haga llegar algún folleto para tu proyecto o estudio? !Hagamos algo juntos¡