
En la colección tenemos una pequeña pero interesante representación de billetes de avión, tren y abonos de viaje.
«Las tres generaciones viajaron, o por trabajo o por estudios, tanto que es uno de los rasgos que más les define como turistas.
El viaje de estudios es, en realidad, una especie de evolución del lejano Grand Tour dieciochesco pero muy actualizado y, en el siglo XX, ya muy orientado a lo profesional. En 1911 Saturnino viajó a Barcelona al I Congreso Nacional de las Artes del Libro, sus dos familiares también viajarán por trabajo, sobre todo el último de ellos, José Martín-Crespo Díaz, como funcionario del Ministerio de la Vivienda y como alcalde de Pozuelo, pero padre e hijo empezaron sus viajes en sus años universitarios como complemento de sus estudios.
Aunque tuvieran ese aire juvenil, barato e iniciático, en realidad se estaba produciendo la primera conexión con Europa y era muy importante en el horizonte de cualquier español culto. Fue fundamental además para progresar profesionalmente dado el aislamiento intelectual y técnico de España durante la posguerra y el franquismo.
En estos viajes, Francia, Italia, Alemania y Gran Bretaña eran destinos indispensables y están representados en la colección a través de los papeles de hijo y nieto. Siendo además viajes de aprendizaje y conocimiento sus motivaciones eran las típicas del viaje cultural: ciudades, museos, ferias, monumentos.
Cientos de folletos además de una interesante biblioteca de historia y arte, muchas veces ampliada en los viajes, así como los diccionarios son los testimonios de los recorridos europeos y de sus intereses en las ciudades visitadas»
Ana Moreno Garrido, autora del texto de B.V.M.C