
La correspondencia con agencias de viaje parece que fue una de las maneras de hacerse con material de promoción turística.
Desde 1929 y presionado por las exposiciones internacionales de ese año, el gobierno de Primo de Rivera diseñó una gran campaña de promoción turística para la que se hicieron miles de impresiones de un catálogo variadísimo de productos: folletos, carteles, guías, postales, itinerarios…y se abrieron nueve oficinas en el exterior y más de veinte dentro del país pero eso no era nada comparado con lo que estaba pasando fuera.
En 1926, por ejemplo, Italia tenía 30 oficinas en el exterior y producía unos 86 millones de impresiones propagandísticas. A Madrid llegaron pronto los ecos de la industria turística internacional.
Los Martín-Crespo vivían en el centro, en la calle Fuencarral casi esquina con la Gran Vía.
En un paseo muy corto estaban en el epicentro turístico que se movía en torno a la Gran Vía, la Calle Alcalá y los alrededores de la Carrera de San Jerónimo donde se concentraban el ocio, los hoteles y las empresas turísticas.
Tuvieron muy accesible todo ese material y sabemos que iban a menudo porque en muchos de esos folletos, sobre todo los del primer tercio de siglo se conservan los sellos de esas agencias y oficinas estampadas en su reverso.
Algo parecido debieron hacer en sus viajes al extranjero. La evidencia de sellos de agencias de viajes en París o Italia, o un lote de materiales turísticos (folletos y breves guías) españoles de finales de los primeros 30, y en alemán, nos indica que se cogieron en Alemania.
Justo para esas fechas, José Martín-Crespo Powys hizo un viaje a ese país del que volvió a España cargado de folletos turísticos.
Ana Moreno Garrido, autora del texto de B.V. M. C.
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